30 agosto 2014

Guerra en Ucrania: Los orígenes y la única salida. Otra visión.

Situación militar el 28 de agosto. La zona rosa controlada por los "rebeldes"
y varias bolsas del ejercito de Kiev.

La guerra en Ucrania es, como casi todo lo que toca EE.UU., una gran mentira con terribles resultados de sufrimiento, muerte y destrucción. Y como en otras ocasiones, para conseguir sus objetivos, EE.UU. solo o con la ayuda de su socios, exacerba conflictos de todo tipo entre comunidades étnicas o religiosas, financiando y armando ora a unas ora a otras, provocando guerras civiles o religiosas, que perduran por décadas. Empezaron por Vietnam, y siguieron con Líbano, Irán, Irak, Serbia-Kosovo, Afganistán, Libia, Siria, y ahora Ucrania.

Para entender lo que está pasando en Ucrania hay que remontarse al proceso de desintegración de la URSS y a una tradición nacionalista ucraniana, racista y antisemita, que siempre vio, no sin razón muchas veces, a los rusos, unos asiáticos, como ocupantes. La población ucraniana colaboró, o por lo menos simpatizó, con los nazis, e incluso creó unidades dentro de la Wehrmacht, esperando su apoyo a una Ucrania independiente.

Así, que no es de extrañar que la independencia de Ucrania, con su tinte híper nacionalista y xenófobo, fuera vista con recelo por la población de origen ruso.

La participación activa de grupos neonazis, y la ayuda de correligionarios del norte de Europa, en las revueltas de la plaza Maidan, y su actividad en el parlamento no han hecho sino añadir leña al fuego. Fruto de esta orientación nacionalista, la política de ucrainización y anti Rusia, antagonizaron definitivamente a la población mayoritariamente rusa del este y sur del país.

Es en este caldo de cultivo anti-ruso y xenófobo extremadamente violento, en el que se desarrolla la guerra.

Por otra parte, desde el final de la Guerra Fría, las ambiciones de EE.UU. de extender la OTAN hacia el Este han sido una constante, con objeto de controlar el petróleo y el gas del Mar Caspio. En 1991, colocó a un colaboracionista en la presidencia del gobierno de Georgia y azuzó la invasión por Georgia de dos pequeños republicas, Abjasia y Osetia del Sur para encontrarse que el ejercito ruso, aún en la fase de descomposición, era una fuerza formidable que se zampó a los georgianos, se anexionó Osetia y puso bajo protectorado Abjasia en cuestión de días.

En 2008, aprovechando las atrocidades de la guerra de los Balcanes (no lo olvidemos provocada por Alemania y Francia) EE.UU. logró la independencia de Kosovo, entregando el gobierno a una organización criminal mafiosa, para instalar Camp Bondsteel, la base norteamericana mas grande del mundo, fuera de EE.UU.

Una base militar a las puertas de Rusia, estratégicamente situada en el paso de los gaseoductos, actuales y en proyecto, hacia Europa Occidental.

Pero, no era suficiente, Ucrania, como declaraba Carl Gersham, presidente del “Think Tank” neocon de EE.UU. National Endowment for Democracy , “Ucrania es el premio gordo”. Y en conseguir el premio gordo no han cejado, desde la independencia de Ucrania. Con la revolución Orange primero, apoyando diversos tiranuelos después, y cuando Rusia amagó con el corte del gas vital para Europa, alimentando la asociación con la UE como paso previo a la incorporación a la OTAN.

El rechazo de Yanukovich, un oligarca, a firmar el acuerdo de asociación, activó las revueltas del Maidan, que fue visitada por personajes como John MacCain, hasta provocar un golpe de estado y reemplazarlo por otro oligarca más dócil Poroshenko, que se apresuró a reactivar los contactos  para firmar acuerdos de asociación con la UE y la OTAN.

La respuesta de Rusia no se hizo esperar y se anexionó Crimea con sus bases navales clave.

Es, esta extensión de la OTAN, que los rusos siempre han considerado una traición y una amenaza a sus intereses, la que explica la otra pata de esta guerra y los movimientos de Putín. No sin razón, como explica en un reciente articulo el profesor de la Universidad de Chicago John J. Mearsheimer, preguntándose por la reacción de EE.UU. si China creara una alianza militar tratando que Canadá y Méjico se incorporaran a ella.

La historia de la traición, se puede reconstruir hoy con bastante detalle gracias a documentación desclasificada recientemente y publicada en el número setiembre/octubre de Foreign Affairs bajo el titulo “A Broken Promise” de la profesora de la Universidad de California del Sur Mary Elise Sarotte.

El 9 de febrero de 1990, en los meses siguientes a la caída del Muro de Berlin, James Baker Secretario de Estado de EE. UU., visita Moscú y se entrevista con Gorbachov para conocer sus intenciones respecto a la reunificación de Alemania. En sus notas manuscritas de la reunión Baker señala, que Gorbachov “estaría dispuesto a aceptar una Alemania unificada en una OTAN que no se moviera hacia el Este”. Del resultado de la reunión deja una nota secreta para el canciller Kohl que tenía previsto reunirse con Gorbachov al día siguiente.

El 10 de febrero de 1990 Kohl se reúne con Gorbachov y obtiene de Gorbachov la luz verde para crear una unión monetaria de las dos Alemania, pero “Naturalmente la NATO no puede extender su territorio hacia el Este” lo que concordaba con la información de Baker, así que Kohl entendió que contaba con el beneplácito de EE.UU. De inmediato, Kohl da una rueda de prensa para consolidar lo conseguido y relata en sus memorias que no pudo dormir en toda la noche con la excitación, ya que no daba crédito a lo fácil que había sido todo.

El 24 y 25 de febrero en una reunión en Camp David, Bush al que habían presentado diversas alternativas para una Alemania reunificada donde solo una parte pertenecería a la NATO, dice “Al diablo con todo esto, nosotros ganamos, ellos no y no voy a dejar que los rusos salven su derrota con una última victoria”.

Ante las protestas de Kohl, la respuesta de Bush fue: “soborna a los rusos, apuesto a que esto se resuelve con dinero y Alemania tiene mucho”.

Y Gorbachov presionado por la situación dramática en Rusia, acepta el soborno y Alemania dona 12.000 millones de marcos y 3.000 millones más en un préstamo sin interés. A cambio, Gorbachov salvaría la cara retrasando la salida de las tropas rusas, para que no pareciera una derrota. Nunca se formaliza el acuerdo de limitar la expansión de la OTAN hacía el Este.

En el retorno a Moscú, un oficial de la KGB destinado en Alemania escribe en su diario con amargura “que Rusia había perdido su posición en Europa”. Este oficial se llamaba Vladimir Putin.

Con todo en 1997 se firma el Convenio de Colaboración OTAN-Rusia, con una delegación permanente de Rusia en la OTAN, pero en 1999 Chequia, Hungría y Polonia se unen a la OTAN, Moscú se queja, pero ¿Quién hacia caso a un país arruinado y dirigido por un borracho?  en  2004 se incorporan a la OTAN Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia y se recibe el primer aviso serio de Putin, que consigue que no se instale en escudo de misiles en Polonia y que la OTAN se contendría. Pero los rusos nunca olvidaron 1990 y en 2007 Rusia abandona el "Treaty on Conventional Armed Forces in Europe (CFE)". En 2008 saltan las alarmas cuando en una reunión de la OTAN en Bucarest se propone la incorporación de Georgia y Ucrania. Aunque finalmente no se llega a un acuerdo por la oposición de Francia y Alemania en el resumen de la reunión se recoge que “Estos países serán miembros de la OTAN”.

Putin lo considera una amenaza y en una reunión con Bush Jr. le dice abiertamente “Si Ucrania se incorpora a la OTAN dejará de existir como país”.

EE.UU. y los suyos convencidos de la superioridad moral de su democracia liberal, siguen en ello y consideran a Putin, un tipo anticuado con una “visión tradicional del poder, que ve sus ideales amenazados”. Según el New Times, Merkel le confiesa a Obama que Putin era irracional y que vivía en otro mundo.

Pero Putin no vive en otro mundo y ve las llanuras de Ucrania, por donde siempre le han llegado las invasiones, como cualquier dirigente ruso desde Catalina la Grande. Putin siendo un tirano autócrata, en la más arraigada tradición rusa, se ha formado en un cuerpo de élite de la URSS, conoce bien Occidente, habla inglés y alemán con fluidez, y no es ningún estratega loco.

Y así hasta hoy, con Obama declarando que “tenemos un deber con Ucrania y trabajaremos para tenerlo tan cerca de nosotros como sea posible”. ¿Suena familiar?. Kerry se sorprende de la invasión de Crimea diciendo que “un país no puede hoy comportarse como en el siglo XIX e invadir otro país por cualquier motivo inventado”. No se sabe si llorar o reír.

Es cierto que Ucrania tiene el derecho a decidir con quiere aliarse y que los rusos no tienen nada que decir, pero ¿No tenía Cuba también este derecho para aliarse con la URSS?

Sin embargo la geografía es la que es, y Rusia no va a permitir una Ucrania parte de la OTAN.

Los necon de EE.UU. y la tecnocracia de la UE, al servicio de Alemania, tienen que entender de una vez, que ni Rusia, ni China se sienten en absoluto impresionadas con la idea de la “hegemonía benigna” con la que han venido amparando sus intervenciones “humanitarias” en todo el mundo. Y tanto China como Rusia lo han advertido en Siria, Libia, etc.

En el caso de Ucrania, EE.UU. y la UE hasta ahora habían confiado en que,con suficiente dinero y apoyo, el ejercito ucraniano podría dar cuenta de los rebeldes en una guerra relámpago (rebeldes que Poroshenko llama terroristas de acuerdo con el libro de propaganda al uso y ellos se autodenominan Novorossia Armed Forces NAF)

Sin embargo, el resultado es justo el contrario, NAF , naturalmente con ayuda rusa, y en una guerra de guerrillas ha derrotado en toda regla y cercado en varias bolsas al ejercito ucraniano, que se retira en desbandada. Esto viene siendo noticia, desde hace varias semanas, en medios alternativos, sin que los medios tradicionales, se den por aludidos a pesar de que es el control de la frontera por el NAF el que permite la entrada y salida del convoy con ayuda ruso.

Las acciones recientes son la consecuencia del fracaso de esta estrategia y, a la vista del desastre, la OTAN ahora habla de invasión, 1000 rusos, y publica unas fotos borrosas (Google Maps ofrece mejor calidad) y confusas, estilo Irak, de hace una semana, que pueden ser cualquier cosa

Hasta ahora pertenecer a la OTAN, era un asunto honorífico que mantenía una elite militar corrupta en muchos países, alimentaba la industria militar, y no suponía riesgo alguno, pero mantener Ucrania en la OTAN si lo es y ningún país europeo está dispuesto a correrlo.

Así que estamos condenados una guerra económica y de propaganda, que va a destruir Ucrania con decenas de miles de muertos.

Es el momento de la barbarie, con unidades de élite del ejercito ucraniano, como la brigada AZOV, utilizando símbolos y saludos nazis.



















con la colaboración de neo nazis.





Poroshencko pide hoy la paz y que cese la brutalidad, seria bueno que se lo aplicara en primer lugar a su ejercito que lleva tiempo bombardeando de forma indiscriminada y actuando como una banda disparando a civiles desarmados. Los vídeos que se incluyen a continuación son solo una pequeña muestra.







No es posible continuar así, EE.UU. y la UE deben cambiar de estrategia cuanto antes, y aceptar una Ucrania neutral, que respete los derechos de las minorías, reconstruida con la participación de Rusia, la UE y EE.UU. Una Austria de la Guerra Fría.

Quizás ya sea demasiado tarde pero una vez más, además de la población civil ucraniana, algunos ,como los agricultores españoles pagarán los platos rotos, perdiendo un mercado gigantesco quizás para siempre, en nombre de una guerra, que en nada les concierne, y que solo sirve, si es que lo hace, a los intereses de la oligarquía alemana y estadounidense.

En una Europa realmente democrática hace tiempo que los ciudadanos deberían haber detenido esta locura.

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